¿QUÉ ME ENSEÑÓ
EL DEPORTE? ·
Mis años empiezan en agosto y terminan en abril, mis clases, mis eventos sociales y mi organización depende de cuando son mis entrenamientos y partidos. No es algo que todo el mundo daría por algo que puede dar buenos resultados o no, pero para mi la balanza es absolutamente positiva.
Cada año decido volver a tener este estilo de vida, donde me pierdo mucho de lo que hace una persona media de mi edad, pero aprendo cosas que ningún otro trabajo me daría. Sigo disfrutando de este juego cada día.
Voy a entrenar y apuesto por mi equipo y por mi, por la lucha de cada semana en cada partido y por los campeonatos que algún día podremos ganar. Recogí los frutos que vinieron en forma de medalla de oro, y otras veces realicé el mismo esfuerzo, la misma cantidad de horas de entrenamiento y de sudor, de viajes y de dolores y no fue recompensado con una medalla, ni de oro ni de plata. Aún así, es un esfuerzo que sigue valiendo la pena.
La escuela del deporte de alto rendimiento me enseñó que vale la pena trabajar por algo, por conseguir un reto y que seguirá valiendo la pena incluso cuando encuentre la derrota.
Organización del tiempo para la eficacia
El tiempo es limitado cuando se te van las tardes en entrenamientos y las mañanas en clase y tienes que entregar trabajos y tener algo de vida social. Llevo tiempo apañándomelas no sé cómo para llevar una vida equilibrada, sacando todo el jugo del deporte de alto nivel sin dejar que me absorba todos mis días. Las deportistas que nos encontramos en una situación así desarrollamos la gran habilidad de optimizar el tiempo que tenemos para ser eficientes en todas las tareas. Al final terminamos una carrera universitaria sin faltar a clase, sin dejar de entregar todas las prácticas y sin faltar a entrenamientos y partidos.
Ponemos en valor el tiempo, es algo muy preciado como tanto dicen, pero en nuestro caso es limitado y puedes caer en el error de dejar las horas y los días pasar sin realmente sacar provecho a lo que haces. No es mi caso, cada hora cuenta para hacer algo, y no me crean una loca del tiempo, me gusta tanto cenar con mis amigos como entrenar y como dormir una buena siesta.
Situaciones de estrés y la toma de decisiones.
El otro día escuché el discurso de Reese Witherspoon para Glamour, donde se reía de los guiones de cine donde demasiadas veces encontramos una linea donde la mujer protagonista se pregunta: What do we do now? (¿Y ahora qué hacemos?). Pocas veces vemos a una mujer que no tenga absolutamente ni idea de qué hacer en una situación de crisis, estamos preparadas para ello.
Pero más aún cuando eres deportista y te juegas todo en una milésima de segundo, donde tomas una decisión y vas a por ella, para bien o para mal has decidido algo y te aferras a ello. Cuando sale bien ganas confianza y valor para seguir haciendo eso cada día, para seguir tomando decisiones con riesgo no solo para ti, si no para todas tus compañeras, para todo tu equipo.

El voleibol es un deporte de equipo en su totalidad, no sólo porque está formado por un grupo de personas compitiendo en una misma cancha, sino porque todas deben tocar la pelota, al menos 2-3 jugadoras. No es como el fútbol donde un jugador puede ir con la pelota hasta la portería, en el voleibol hay pases y hay que jugar con el resto de jugadoras, se debe pasar la bola lo mejor posible para que la otra la vuelva a pasar para finalmente intentar hacer el punto al equipo contrario. Esto hace que la toma de decisiones en momentos de estrés o de crisis y tensión máxima sea no apto para cardíacos, pero esto es lo que hace a un equipo tan bueno y hace a un mejor jugador.
Tener un equipo que confía en todas sus jugadoras y apoya las decisiones de la otra me hizo ser una mujer fuerte, una mujer que se atreve a todo y no tiene miedo de arriesgar para ganar.
El trabajo en equipo. Elegí el voleibol por encima de otros deportes como el bádminton, he de decir que tampoco era muy buena en ello, pero elegí el voleibol porque es un deporte de equipo y como explico antes, no te puedes escapar, no quieras ser Cristiano Ronaldo porque no lo vas a disfrutar.
Tuve la suerte de formar parte de grandes equipos, donde todas dábamos algo por estar ahí y cada día decidíamos ir a entrenar para ser mejores. Es un compromiso que se toma a nivel individual y a nivel grupal, todas dependemos la una de la otra, yo no me puedo entrenar si no tengo a mis compañeras y mi esfuerzo ayudará a mi equipo a ser mejor.
Considero que esta es la herramienta más valiosa que me ha dado el voleibol y no creo que la pudiese haber aprendido en otro ámbito de la vida. Ahora soy capaz de todo, soy capaz de hacer algo sabiendo que me puedo equivocar, que lo que viene puede ser un momento feliz, una nueva vida o una medalla de oro. Tengo una red por si me caigo, un soporte constante de un equipo que estará ahí cuando yo no pueda, tanto cuando es por un balón como cuando es en otros ámbitos de la vida, así que a todas las que son mi equipo: gracias.